Según un informe publicado por el sitio periodístico 2920, dirigido por Gonzalo Santos, la Patagonia exhibe los salarios privados más altos del país… excepto en un caso. La provincia de Río Negro se ha convertido en la excepción dentro de una región impulsada por modelos productivos robustos, quedando relegada al último lugar en materia salarial y de productividad.
Mientras Neuquén, Chubut y Santa Cruz consolidan economías basadas en minería, petróleo, energía, industria, construcción y servicios de alto valor, Río Negro quedó atrapada en una estructura económica que no genera valor agregado ni impulsa empleos bien remunerados.
Más trabajadores, pero no por la producción
A primera vista, los números parecen favorecer a Río Negro. La provincia tiene más trabajadores registrados en el sector privado que Chubut y Santa Cruz. Sin embargo, el informe advierte que esto no se explica por una mayor actividad económica ni por inversiones, sino simplemente por la mayor cantidad de población.
“La calidad del mercado laboral rionegrino es baja, y eso se evidencia en los salarios”, plantea el análisis.
Los salarios privados más bajos de la Patagonia
El contraste regional es contundente:
- Neuquén, Chubut y Santa Cruz se ubican cerca de los $4 millones de salario promedio en el sector privado.
- En Río Negro, el salario promedio apenas llega a $2,9 millones, el más bajo de toda la Patagonia.
Incluso esta cifra está “artificialmente” elevada por la presencia del salario petrolero, que representa una porción muy pequeña de la estructura productiva provincial.
El núcleo del empleo privado rionegrino —donde se concentra casi el 70% de los trabajadores— tiene un salario promedio aún menor: $2.090.000, prácticamente la mitad de lo que se paga en las mismas ramas productivas de Neuquén, Chubut y Santa Cruz.
Dos de cada tres empleos en sectores de baja productividad
Según el informe, dos de cada tres empleos privados en Río Negro se encuentran en actividades de baja productividad: comercio, turismo estacional, servicios básicos y agro primario.
Estas actividades no generan valor agregado, no escalan, no diversifican y no pagan sueldos competitivos. Como resultado, siete de cada diez trabajadores quedan atrapados en un modelo económico que no impulsa desarrollo.
Vaca Muerta: un derrame que no llega
El documento también analiza el supuesto impacto de Vaca Muerta en la provincia. Allí cuestiona que el gobierno provincial, actualmente encabezado por Alberto Weretilneck, “vende grandes títulos mediáticos”, pero no logra captar encadenamientos productivos ni impulsar políticas industriales o logísticas que integren a Río Negro en la cadena de valor hidrocarburífera.
“Río Negro no participa del negocio. Solo lo ve pasar”, señala el informe.
Un diagnóstico político: 14 años sin estrategia productiva
El análisis es concluyente: la situación actual no se debe a la geografía ni a la mala suerte, sino a un modelo político y económico consolidado en los últimos 14 años.
Durante este período, sostiene el informe, la provincia:
- Agrandó el Estado como motor principal de empleo.
- Primarizó la economía, sin desarrollar sectores industriales o tecnológicos.
- Se acostumbró a vivir de ingresos nacionales, sin generar bases productivas que impulsen crecimiento real.
Un mercado laboral que gira en torno al consumo, no a la generación de riqueza
La conclusión es clara: Río Negro posee hoy el mercado laboral privado más pobre de toda la Patagonia, tanto por salario como por productividad y estructura económica.
Para revertir este escenario, el informe advierte que será necesario un cambio profundo en la estrategia provincial, enfocado en el desarrollo de sectores que generen valor, empleo genuino y salarios competitivos, dejando atrás la dependencia del consumo y del empleo estatal.
