Por Luciano Delgado Sempé, Legislador Provincial.- La decisión del gobernador de bajar Ingresos Brutos a la energía y al gas llega tarde. No es un anuncio virtuoso: es una corrección forzada después de dos años de advertencias, reclamos y cierres de comercios que podrían haberse evitado si hubieran escuchado a tiempo a las Cámaras de Comercio, a la oposición y a quienes venimos marcando este problema de manera insistente.
Mientras la Provincia miraba para otro lado, miles de comercios cerraron sus puertas, muchas familias debieron elegir entre pagar servicios o endeudarse, y la energía se convirtió en un factor crítico del costo de vivir y de producir. Ahora reconocen el error, pero lo hacen después de que el daño ya está hecho.
El problema técnico de fondo: la Provincia castigaba a los usuarios de la distribuidora
En Río Negro hay dos formas de acceder a la energía:
- Comprar en el Mercado Eléctrico Mayorista (MEM)
Allí la energía no paga Ingresos Brutos provinciales.
Solo se paga impuesto sobre el Valor Agregado de Distribución (VAD) y sobre las pérdidas.
- Comprar a la distribuidora EdERSA
Los pequeños comercios, pymes y hogares obligatoriamente compran a EdERSA, cobrando IIBB sobre el VAD y sobre la energía que la distribuidora hace pass through.
Es decir, quien no pueden ir al MEM
A ellos la Provincia les cobraba Ingresos Brutos sobre la energía y sobre el VAD. Energia que tiene impuestos cooparticipables y que muchos dicen que esta afectación puede generar una doble imposición.
El resultado es que
Los más chicos pagaban un impuesto que los grandes no pagan.
Existía una brecha de aproximadamente 2,5% que los chicos pagan sobre la energía que la distribuidora hace pass through, totalmente injustificada.
Eso es un castigo directo a quienes no tienen la posibilidad de elegir otro proveedor.
La señal que daba el Gobierno era gravemente regresiva:
El que tiene volumen para ir al MEM, paga menos.
El que no puede —hogares y pymes— paga más.
Eso no es política pública: es desprotección.
En conclusión, bien que bajaron Ingresos Brutos ahora.
Pero no alcanza y no compensa dos años de inacción.
La verdadera madurez política estaría en que el Gobernador deje el ego de lado, escuche antes, no después; y entienda que la oposición no es un enemigo, sino un instrumento necesario para anticipar errores y mejorar decisiones.
Cuando se gobierna escuchando tarde, el costo lo pagan los rionegrinos.
