La medicina canadiense acaba de dar un paso que podría transformar por completo la forma de tratar una de las afecciones más comunes y dolorosas del sistema urinario. Un robot del tamaño de un grano de arroz, capaz de desintegrar cálculos renales sin necesidad de cirugía, está mostrando resultados prometedores en sus primeras pruebas clínicas.
El dispositivo, un microrobot guiado por campos magnéticos externos, se desplaza con precisión milimétrica a través del sistema urinario hasta localizar el cálculo. Una vez allí, emite vibraciones dirigidas que lo fracturan en diminutos fragmentos, lo suficientemente pequeños para ser expulsados de manera natural por el paciente.
Los especialistas destacan que esta técnica reduce notablemente el dolor y evita los riesgos asociados tanto a la litotricia tradicional como a las intervenciones endoscópicas. Además, permite acceder a zonas complicadas del tracto urinario sin dañar tejidos sensibles, una ventaja clave para pacientes con antecedentes de cálculos recurrentes o condiciones que dificultan los procedimientos quirúrgicos.
Gracias al control en tiempo real del campo magnético, los médicos pueden maniobrar el microrobot con una precisión inédita en este tipo de tratamientos. Esto no solo mejora los resultados, sino que abre la puerta a intervenciones más rápidas, seguras y prácticamente indoloras.
Si los ensayos clínicos continúan confirmando su eficacia, esta innovadora tecnología podría marcar el inicio de una nueva etapa en los tratamientos mínimamente invasivos, ofreciendo una alternativa revolucionaria para enfrentar una de las dolencias renales más persistentes y limitantes.
Fuente: Conocimientum
