El valor del dólar mayorista alcanzó este jueves los $ 1373. y el minorista llegó a $ 1380 en el Banco Nación. Las causas de la corrida.
(Por Randy Stagnaro para Tiempo Argentino).- El dólar mayorista subía este jueves $ 56,5, equivalentes a un 4,3% respecto del cierre del miércoles, y llegaba a $ 1373,75. Este nivel es un récord nominal histórico para el dólar y se acerca mucho al techo de la banda cambiaria, que hoy está en $ 1449. En julio, el precio del dólar mayorista subió un 14%, siete veces más que la inflación esperada para este mes que concluye hoy.
En tanto, el dólar oficial minorista (el que se ofrece en las pizarras del Banco Nación) alcanzaba los $1380 a las 15.30, el valor nominal más alto del que se tenga registro y marcando una suba de $ 50 frente al cierre del miércoles, lo que equivale a un alza del 4,15%. En julio acumula un incremento del 13,6%, equivalente a 165 pesos.
La presión dolarizadora alcanzó también a las cotizaciones financieras. El dólar MEP (los billetes verdes quedan en una cuenta en la Argentina) se negociaba en el mercado de capitales a $ 1373,15, con un alza del 3,8% o $ 50,80. El contado con liquidación (CCL, los dólares van a una cuenta en el exterior) cotizaba a $ 1376,48, con una suba diaria de $ 56,48 y equivalente a un 4,3%. A lo largo de julio acumulan una escalada del 13,4% y el 13,7%, respectivamente.
Por su parte, en las grandes cuevas de la city porteña, el dólar blue se negociaba a $ 1335 con un alza inferior a las otras cotizaciones, en torno del 1,2% respecto a un día atrás. En julio sumó un alza del 9,9% o 120 pesos.
En el mundillo financiero se recordaba la frase del ministro de Economía, Luis Caputo, quien el 2 de julio frente a 700 empresarios dijo: «Si el dólar te parece barato, ¡comprá, no te la pierdas campeón!».

Foto: NA
Explicaciones sobre la suba del dólar
Dos días atrás, el economista Ricardo Arriazu, uno de los más escuchados por el presidente Javier Milei, aseguró que “el Banco Central no dejará que el tipo de cambio suba mucho más allá de 1300 pesos usando todos los instrumentos que tenga”.
Ese valor se superó el lunes, en el inicio de la semana después del anuncio de Milei de reducción de las retenciones a las exportaciones de soja y maíz y sus derivados, además de otros productos. Los días siguientes, la suba se acentuó hasta los niveles de este jueves.
Entre los inversores se ensayó una explicación: como el gobierno nacional tardó en publicar la norma con la reducción de las retenciones (recién lo hizo hoy), los productores no vendieron nada de su producción a la espera de la oficialización de la reducción del impuesto. Ello habría calentado el mercado cambiario.
Sin embargo, el hecho de que el dólar «volase» en el mismo jueves en el que se publicó en el Boletín Oficial la baja en las alícuotas de las retenciones, tiró abajo esa especulación.
En realidad, las causas de la suba del dólar se vienen mencionando desde hace meses, solo que a medida que pasó el tiempo se hicieron más evidentes.
La primera es que la política del dólar barato precisa de una entrada permanente de dólares y estos no aparecen, ni en forma «endógena» (aparecen desde dentro de la economía) ni «exógena», es decir por la vía de préstamos o inversiones desde el exterior.
La segunda es que pasó el tiempo de las ventas de las cosechas de soja y maíz y sus respectivas exportaciones y el Banco Central no logró acumular reservas.
La tercera es que la demanda de dólares no amainó, como deseaba el gobierno, sino que por el contrario, subió. De ese empuje participaron varios «actores»: los importadores (crecen al 35% anual con una economía estancada); los especuladores que le hicieron caso al banco JP Morgan, que recomendó cortar con el carry trade y dolarizar; los tres millones de personas que compraron dólares desde que se eliminó el cepo para individuos; las compras minoristas en el exterior, incentivadas por el gobierno y los viajes al exterior de sectores minoritarios de la población pero con alto poder adquisitivo.
Y la cuarta es que si bien el gobierno nacional solo tiene vencimientos de capital por U$S 2000 millones en billetes verdes, existe la certeza de que hay un «stress» en el mercado cambiario que podría derivar en una devaluación del peso. Antes se hablaba que ello sucedería después de las elecciones de octubre. Ahora, algunos creen que será antes. Las consecuencias -suba de los precios- serían impredecibles.