La negociación salarial entre el Ejecutivo municipal y los gremios que representan a los trabajadores municipales de Choele Choel se encuentra en un punto crítico, con las paritarias completamente estancadas debido a lo que los sindicatos califican como “intransigencia del sector patronal”.
Este lunes, los empleados municipales se encuentran nuevamente en asamblea, tras reanudar la mesa de negociación a las 9:00, luego de un cuarto intermedio dispuesto el viernes pasado. Sin embargo, las perspectivas de acuerdo son mínimas, y el clima entre las partes se ha enrarecido tras una serie de hechos que han generado confusión y desconfianza.
El viernes 1° de agosto, el área de prensa del municipio difundió el orden del día de una sesión extraordinaria convocada para ese mismo día a las 18:00, en la que uno de los tres puntos a tratar era el “Acuerdo Salarial”. La novedad generó sorpresa y malestar entre los gremios, ya que el tema salarial distaba de estar resuelto. De hecho, en esa misma jornada, la negociación había quedado interrumpida tras el rechazo por parte del Ejecutivo de la propuesta presentada por los trabajadores.
Desde el gremio ATE, consultado por este medio, detallaron que la propuesta de los empleados contemplaba un aumento del 2% para los meses de julio, agosto y septiembre, y un 1,5% para octubre, noviembre, diciembre y enero 2026, siendo este último mes a cuenta de las paritarias del próximo año. Además, la propuesta incluía una cláusula de revisión y ajuste para evaluar la evolución inflacionaria en diciembre, garantizando así una recomposición salarial acorde a la realidad económica.
Sin embargo, el Ejecutivo municipal rechazó de plano la propuesta, argumentando que no aceptaría ningún acuerdo con cláusula de revisión. Según indicaron desde ATE, “el ejecutivo se levantó de la mesa de negociación aduciendo que no van a acordar un ajuste en el acuerdo paritario, ni realizar una revisión en diciembre”.
“Quieren que firmemos un aumento fijo desde julio hasta enero 2026, sin posibilidad de revisión. Eso significaría una depreciación real de nuestros salarios y una pérdida directa en nuestro poder adquisitivo”, denunciaron desde el gremio. “Es un acuerdo que perjudica a todos los trabajadores municipales, porque no contempla la inflación ni la evolución de los precios”.
La situación se agravó con la convocatoria a la sesión extraordinaria del Concejo Deliberante, cuyo orden del día incluía el tratamiento del “acuerdo salarial” mientras las partes aún negociaban. El parte de prensa del municipio llegó a los medios alrededor de las 9:00 de la mañana, precisamente cuando se estaba en plena discusión y sin avances concretos. Esto generó suspicacias sobre un intento de imponer unilateralmente un aumento no acordado.
Si bien desde el municipio sostienen que se trató de una “confusión en la elaboración de la convocatoria”, esperando que ese día se pudiera alcanzar un acuerdo, desde los gremios ven con recelo esta maniobra. “Parece una estrategia para dar por cerrado un tema que está lejos de resolverse”, señalaron.
Paralelamente, durante el fin de semana circularon rumores sobre la posibilidad de un paro municipal. Sin embargo, desde los gremios aclararon que no se baraja esa opción por el momento, lo que ha generado más sospechas sobre presuntas intenciones de enturbiar la relación laboral, posiblemente con el objetivo de suspender la negociación y ganar tiempo.
Con la discusión salarial en punto muerto y la desconfianza instalada, los trabajadores municipales continúan movilizados y en estado de asamblea, exigiendo un acuerdo justo que garantice la recomposición de sus ingresos frente a la escalada inflacionaria. Mientras tanto, el Ejecutivo mantiene su postura inflexible, lo que profundiza el conflicto y pone en jaque la estabilidad laboral en el municipio.