Con el texto de la reforma laboral ya finalizado, el Ejecutivo se alista para un diciembre cargado: sesiones extraordinarias, Presupuesto 2026 y una caza de votos que involucra a gobernadores aliados, jefes parlamentarios y el propio Gabinete, decidido a tensar el verano político mientras crecen las dudas del sindicalismo y el empresariado.
(Data Clave).- El Gobierno terminó de cerrar la reforma laboral que pretende llevar al Congreso en la primera tanda de sesiones extraordinarias y ya puso en marcha la ingeniería fina para garantizar apoyos parlamentarios. El borrador definitivo fue remitido a los despachos de Manuel Adorni, Martín Menem y Patricia Bullrich, quienes quedaron a cargo de mover el proyecto en el frente legislativo. “El proyecto de modernización laboral ya está terminado”, confiaron a Infobae desde el entorno oficial, donde aseguran que la versión final lleva sello propio del Ejecutivo.
La discusión con los gremios sigue abierta. En la última reunión del Consejo de Mayo, el representante de la CGT, Gerardo Martínez, rechazó el articulado al considerar que “atentaba contra los derechos de los trabajadores”. También levantó la mano el titular de la UIA, Martín Rappallini, que pedía un endurecimiento mayor de la llamada “modernización”, expresando el malestar de un sector del empresariado que se quedó con gusto a poco.
El Gobierno decidió avanzar igual y preparar el terreno para diciembre. Desde el 10 de diciembre hasta el 31, el Senado planea iniciar el tratamiento del proyecto, que no llega liviano, además de resistencias sindicales y empresarias, despierta ruido en algunos bloques aliados. Igual, Bullrich ya activó el teléfono para negociar la reforma junto con otra prioridad del oficialismo: el Presupuesto 2026.
El capítulo técnico, trabajado por Federico Sturzenegger, incluye ejes como ultraactividad, relación de convenios, cargas fiscales, financiamiento de sindicatos y cámaras, derechos colectivos, trabajo autónomo, democracia sindical y un apartado pensado para incentivar empleo joven con nuevas “flexibilidades”. En la Casa Rosada aseguran que “varios de los puntos que circulan están contemplados” y que la versión final combina demandas internas con lo que el Gobierno considera su visión del mercado laboral.
El cronograma legislativo veraniego tendrá sus pausas. Aunque Menem quería sesionar sin respiro, la preocupación por el quórum en los primeros días de 2026 obligó a un descanso de dos semanas en enero. El ritmo se retoma el 19 de enero y se estira hasta el 28 de febrero, con la intención de empujar no sólo la reforma laboral y el Presupuesto, sino también la reforma tributaria y el ajuste del Código Penal.
Para sumar voluntades, el oficialismo despliega un operativo completo. En Diputados, Menem intenta quedarse con la primera minoría antes del 3 de diciembre, cuando juran los nuevos legisladores. Mientras tanto, el tándem federal integrado por Adorni y el ministro del Interior, Diego Santilli, avanza con gobernadores y referentes provinciales. Esta semana tienen en agenda un encuentro con Jorge Macri y otro con el pampeano Sergio Ziliotto, en el marco de una ronda que abarca a unas 20 provincias aliadas.
En paralelo, se espera que el llamado formal a extraordinarias salga antes del cierre de esta semana. Con el dibujo del Presupuesto y la reforma laboral ya definido, el Gobierno apuesta a un diciembre intenso que marcará la primera gran prueba de fuego del año legislativo.










