Educación propuso un bono por única vez en lugar de aumento salarial. UnTER denunció una maniobra dilatoria que busca ganar tiempo y desgastar la protesta docente.
En otro capítulo del conflicto que ya se volvió crónico, el Ministerio de Educación y Derechos Humanos presentó este jueves una oferta que, más que una propuesta, parece una estrategia política cuidadosamente calculada para fracasar. En lugar de mejorar los porcentajes al básico —principal reclamo de los trabajadores—, el Gobierno de Río Negro volvió a insistir con el pago de un bono por única vez, no remunerativo ni bonificable, dividido en dos cuotas.
La ministra Patricia Campos detalló que los montos serían de $100.000, $150.000 y $200.000, según la antigüedad, abonados por planilla complementaria el 24 de octubre y el 26 de noviembre. Pero para UnTER, la propuesta es un nuevo retroceso, una provocación que ignora deliberadamente el reclamo docente de aumentos reales que impacten en el salario básico y en las jubilaciones.
El gremio rechazó “de plano” la oferta, advirtiendo que este tipo de bonos no solo achatan la pirámide salarial, sino que también dejan afuera a lxs jubiladxs, al no generar aportes previsionales.
Detrás del gesto formal de diálogo, los docentes interpretan una estrategia de desgaste: el Gobierno gana tiempo con propuestas imposibles de aceptar, estira la negociación y, ante la respuesta esperable —el rechazo—, genera las condiciones para una nueva medida de fuerza.
En ese escenario, la jugada se completa con los descuentos por días de paro, una herramienta que en medio de la crisis económica se convierte en una forma de presión directa sobre los trabajadores. El resultado es conocido: los salarios se licúan, las medidas se debilitan y el Gobierno evita asumir el costo político de un verdadero aumento.
Mientras tanto, las aulas se llenan de incertidumbre. Los docentes siguen reclamando “aumentos reales, no bonos”, y el sindicato ya anticipó que convocará a un nuevo Congreso Extraordinario para definir los pasos a seguir.
El conflicto no da tregua, y todo indica que la paritaria rionegrina se convirtió, más que en una mesa de negociación, en un tablero de ajedrez político donde el Gobierno juega al desgaste y la docencia resiste, cada vez con menos margen, pero con la misma convicción.